La Guardia de Hielo
Oculta bajo un invierno eterno, La Guardia de Escarcha vive profundamente en las ruinas de la antigua Freljord. La Guardia de Escarcha obedece a su líder; Lissandra . Oculta del mundo, en el extremo norte de Freljord, estan guardados los archivos de la historia arcana de la Guardia de Hielo. Aunque aparentemente pacífica, la verdad de la lealtad FrostGuards es mucho más perturbado. El mundo se había olvidado el terrible enemigo que gobernó el Freljord hace mucho tiempo y fue arrojado a las profundidades del Abismo tras una larga y brutal batalla. Y ahora, mientras que el sueño ignorante, Lissandra ha vuelto para devolver a sus amos a su antigua gloria. Sólo los trolls y su rey,Trundle se han aliado con ella.
Lider de la Guardia de Hielo
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Lissandra, La Bruja de Hielo
La magia de Lissandra convierte el poder del hielo en algo oscuro y terrible. Con la fuerza de su hielo negro, además de congelar a aquellos que se le oponen, los empala y los destruye sin mostrar piedad. Se le conoce como «La Bruja de Hielo» entre los aterrados habitantes del norte. Pero la verdad es mucho más siniestra: Lissandra corrompe la naturaleza con el fin de desatar una era helada sobre el mundo.
Hace siglos, Lissandra traicionó a su tribu con unas criaturas malvadas y misteriosas, conocidas como Los Vigilantes de Hielo, a cambio de su poder. Ese fue el último día en el que sangre caliente corrió por sus venas. Con su corrompida tribu y con la fuerza de los Vigilantes, asoló Freljord como si de una tempestad se tratase. Mientras su imperio se extendía, el frio consumía el mundo y el hielo asfixiaba la tierra. Cuando los Vigilantes fueron derrotados por los héroes de antaño, Lissandra no cedió en su voluntad y juró que prepararía el mundo para su regreso.
Lissandra se dedicó a hacer que el mundo se olvidase de los Vigilantes. Usando la magia para encarnar una apariencia humana, se hizo pasar por numerosos profetas y sabios. A lo largo de las generaciones, reescribió las historias de Freljord, cambiando el pasado de su pueblo. Hoy en día las historias sobre los Vigilantes son solo cuentos de hadas. Pero esta artimaña no era suficiente - Lissandra también necesitaba un ejército.
Su objetivo era la noble Guardia de Hielo. Lissandra sabía que corromper a la Guardia de Hielo llevaría siglos, así que llevó a cabo su engaño definitivo. Asesinó y robo la identidad del líder de la Guardia de Hielo. Desde entonces, fue cambiando las tradiciones de su tribu. Cuando su forma humana se vio afectada por la edad, fingió su propia muerte y asesinó a su sucesora para robar su identidad. Con cada nueva generación, la Guardia de Hielo se aisló cada vez más y se volvió más cruel. Hoy en día, el mundo todavía los ve como una tribu noble y pacífica que los protege contra las criaturas malvadas como la Bruja de Hielo. Pero en realidad, ahora sirven a la Bruja y esperan el glorioso retorno de los Vigilantes.
Lissandra sabe que cuando llegue el día, las naciones caerán y el mundo renacerá con hielo.
«Cierra tus ojos y sucumbe al frío.»
-- Lissandra
La magia de Lissandra convierte el poder del hielo en algo oscuro y terrible. Con la fuerza de su hielo negro, además de congelar a aquellos que se le oponen, los empala y los destruye sin mostrar piedad. Se le conoce como «La Bruja de Hielo» entre los aterrados habitantes del norte. Pero la verdad es mucho más siniestra: Lissandra corrompe la naturaleza con el fin de desatar una era helada sobre el mundo.
Hace siglos, Lissandra traicionó a su tribu con unas criaturas malvadas y misteriosas, conocidas como Los Vigilantes de Hielo, a cambio de su poder. Ese fue el último día en el que sangre caliente corrió por sus venas. Con su corrompida tribu y con la fuerza de los Vigilantes, asoló Freljord como si de una tempestad se tratase. Mientras su imperio se extendía, el frio consumía el mundo y el hielo asfixiaba la tierra. Cuando los Vigilantes fueron derrotados por los héroes de antaño, Lissandra no cedió en su voluntad y juró que prepararía el mundo para su regreso.
Lissandra se dedicó a hacer que el mundo se olvidase de los Vigilantes. Usando la magia para encarnar una apariencia humana, se hizo pasar por numerosos profetas y sabios. A lo largo de las generaciones, reescribió las historias de Freljord, cambiando el pasado de su pueblo. Hoy en día las historias sobre los Vigilantes son solo cuentos de hadas. Pero esta artimaña no era suficiente - Lissandra también necesitaba un ejército.
Su objetivo era la noble Guardia de Hielo. Lissandra sabía que corromper a la Guardia de Hielo llevaría siglos, así que llevó a cabo su engaño definitivo. Asesinó y robo la identidad del líder de la Guardia de Hielo. Desde entonces, fue cambiando las tradiciones de su tribu. Cuando su forma humana se vio afectada por la edad, fingió su propia muerte y asesinó a su sucesora para robar su identidad. Con cada nueva generación, la Guardia de Hielo se aisló cada vez más y se volvió más cruel. Hoy en día, el mundo todavía los ve como una tribu noble y pacífica que los protege contra las criaturas malvadas como la Bruja de Hielo. Pero en realidad, ahora sirven a la Bruja y esperan el glorioso retorno de los Vigilantes.
Lissandra sabe que cuando llegue el día, las naciones caerán y el mundo renacerá con hielo.
«Cierra tus ojos y sucumbe al frío.»
-- Lissandra
Aliados de la Guardia de Hielo
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Trundle, el Rey Troll
Trundle es un troll astuto y poderoso con tendencia a crear problemas. No hay nada que no pueda doblegar y torcer hacia su voluntad, ni siquiera el hielo mismo. Con su garrote helado gigante, hiela la sangre de sus enemigos y los abate con sus cortantes trozos de hielo. Con un gran sentido del territorio, Trundle persigue a todo aquel que osa entrar en su reino y se ríe de sus víctimas mientras perecen en la tundra.
Los guerreros de Trundle seguían en el pasado a un ingenuo y cobarde líder. Bajo las órdenes de un débil líder, Trundle temía que él y su gente fuesen presa de las demás hordas troll repartidas por la tundra. Aunque el jefe troll era más grande y más fuerte, Trundle se atrevió a retarlo directamente, pero la confrontación acabó en humillación. Puede que la mayoría de los trolls aceptasen la derrota, pero Trundle hizo algo que no es muy típico de los trolls: en vez de usar sus puños, usó su ingenio. Armado con su astucia, Trundle contó una historia sobre los líderes troll de antaño, en la que se contaba que los líderes portaban armas de gran tamaño y poder como símbolo de su derecho a gobernar. Aunque se había inventado la historia en el momento, Trundle declaró que si podía encontrar o robar un arma de tal poder, se ganaría el derecho a ser el líder de su pueblo. Los trolls lo creyeron, pero nadie lo creyó capaz de llevar a cabo semejante desafío. Sabiendo que el troll moriría en el intento, el ingenuo líder aceptó y Trundle se fue a pensar en su plan.
Solo pero intrépido, Trundle se adentró en el reino colindante de la temible Bruja de Hielo. Allí, escondido entre los antiguos y peligrosos secretos, planeó encontrar un arma para confirmar su tan elaborada historia. Venció a base de fuerza bruta a los guardianes de la Bruja de Hielo y superó sus trampas mágicas con ayuda de su ingenio, pero nada de lo que encontró coincidía con lo que había descrito a su gente. Finalmente, encontró un premio inexperado: un enorme y mágico garrote hecho de Hielo Puro. Al blandir el arma, se maravilló ante el poder frío que corría por su ser. Fue entonces cuando la mismísima Bruja de Hielo apareció ante él. Mientras invocaba su magia oscura, Trundle creyó que había llegado su fin y que le había fallado a su gente, pero otra brillante idea vino a su mente. Con una mueca de pícaro, ofreció a la Bruja de Hielo una interesante propuesta: un ejército troll sería de más utilidad que el cadáver de un troll. Juntos, le dijo, podrían conquistar Freljord. La Bruja de Hielo aceptó y Trundle se fue con su poderosa aliada - una a la que podría vencer cuando llegase la hora.
Cuando Trundle regresó junto a su tribu, su gente reconoció su conquista. Llamó a su arma «Escalofrío» y con ella, acabó con el jefe troll después de que este permaneciese maravillado ante tal visión. Proclamando su victoria, Trundle anunció que no habría más jefes troll - solo un Rey Troll ante el que todos se arrodillarían. Los trolls siguieron a su nuevo rey y se prepararon para la guerra. Con Trundle liderando la marcha, había llegado la hora de los trolls.
'Usa el ingenio contra aquellos más fuertes que tú y usa la fuerza contra aquellos a los que no puedas vencer con tu ingenio.'
-- Trundle
Trundle es un troll astuto y poderoso con tendencia a crear problemas. No hay nada que no pueda doblegar y torcer hacia su voluntad, ni siquiera el hielo mismo. Con su garrote helado gigante, hiela la sangre de sus enemigos y los abate con sus cortantes trozos de hielo. Con un gran sentido del territorio, Trundle persigue a todo aquel que osa entrar en su reino y se ríe de sus víctimas mientras perecen en la tundra.
Los guerreros de Trundle seguían en el pasado a un ingenuo y cobarde líder. Bajo las órdenes de un débil líder, Trundle temía que él y su gente fuesen presa de las demás hordas troll repartidas por la tundra. Aunque el jefe troll era más grande y más fuerte, Trundle se atrevió a retarlo directamente, pero la confrontación acabó en humillación. Puede que la mayoría de los trolls aceptasen la derrota, pero Trundle hizo algo que no es muy típico de los trolls: en vez de usar sus puños, usó su ingenio. Armado con su astucia, Trundle contó una historia sobre los líderes troll de antaño, en la que se contaba que los líderes portaban armas de gran tamaño y poder como símbolo de su derecho a gobernar. Aunque se había inventado la historia en el momento, Trundle declaró que si podía encontrar o robar un arma de tal poder, se ganaría el derecho a ser el líder de su pueblo. Los trolls lo creyeron, pero nadie lo creyó capaz de llevar a cabo semejante desafío. Sabiendo que el troll moriría en el intento, el ingenuo líder aceptó y Trundle se fue a pensar en su plan.
Solo pero intrépido, Trundle se adentró en el reino colindante de la temible Bruja de Hielo. Allí, escondido entre los antiguos y peligrosos secretos, planeó encontrar un arma para confirmar su tan elaborada historia. Venció a base de fuerza bruta a los guardianes de la Bruja de Hielo y superó sus trampas mágicas con ayuda de su ingenio, pero nada de lo que encontró coincidía con lo que había descrito a su gente. Finalmente, encontró un premio inexperado: un enorme y mágico garrote hecho de Hielo Puro. Al blandir el arma, se maravilló ante el poder frío que corría por su ser. Fue entonces cuando la mismísima Bruja de Hielo apareció ante él. Mientras invocaba su magia oscura, Trundle creyó que había llegado su fin y que le había fallado a su gente, pero otra brillante idea vino a su mente. Con una mueca de pícaro, ofreció a la Bruja de Hielo una interesante propuesta: un ejército troll sería de más utilidad que el cadáver de un troll. Juntos, le dijo, podrían conquistar Freljord. La Bruja de Hielo aceptó y Trundle se fue con su poderosa aliada - una a la que podría vencer cuando llegase la hora.
Cuando Trundle regresó junto a su tribu, su gente reconoció su conquista. Llamó a su arma «Escalofrío» y con ella, acabó con el jefe troll después de que este permaneciese maravillado ante tal visión. Proclamando su victoria, Trundle anunció que no habría más jefes troll - solo un Rey Troll ante el que todos se arrodillarían. Los trolls siguieron a su nuevo rey y se prepararon para la guerra. Con Trundle liderando la marcha, había llegado la hora de los trolls.
'Usa el ingenio contra aquellos más fuertes que tú y usa la fuerza contra aquellos a los que no puedas vencer con tu ingenio.'
-- Trundle