Historia del Vacío
Para algunos, es conocido como el exterior, para otros es lo desconocido. Para la mayoría, sin embargo, se le llama el Vacío. Es un lugar sin tiempo habitado por diversas entidades aparentemente inteligentes que, por razones ajenas a la comprensión humana, tienen el deseo de ganar la entrada a visitar los mundos fuera de su reino. Estas criaturas se llaman "Voidborn". Convocando rituales, que pueden traer los campeones de otros mundos, también se han realizado para cruzar hacia el Vacío.
La ciudad perdida llamada Icathia parece estar conectada a la nada, como algunos voidborn se sabe que han aparecido en el lugar y algunos mortales se sabe que han ganado poder de la nada en el mismo. Los mortales que se encuentran con el poder del Vacío generalmente tienen una de estas dos reacciones:
También parece que las cuatro criaturas que emanan de la Nada parecen tener un hambre que deben satisfacer y apóstrofes en sus nombres; Vel'Koz busca el conocimiento, Kha'Zix busca consumir a Rengar , Kog'Maw tiene hambre, y Cho'Gath tiene su canibalizar y su deleite para comer criaturas.
Actualmente, Malzahar realiza rituales con sus seguidores a sacrificar seres humanos para el vacío. En una ocasion, Kassadin trató de detenerlo, sin embargo Malzahar logró engañar Kassadin enviando a su hija al vacío.
La ciudad perdida llamada Icathia parece estar conectada a la nada, como algunos voidborn se sabe que han aparecido en el lugar y algunos mortales se sabe que han ganado poder de la nada en el mismo. Los mortales que se encuentran con el poder del Vacío generalmente tienen una de estas dos reacciones:
- Como Malzahar , sus mentes pueden sentirse abrumadas y pueden llegar a ser siervos dispuestos a los destinos apocalípticos oscuros que ven que emana del Abismo. En Runaterra, estos individuos se les conoce como "El culto del vacio".
- Como Kassadin, pueden ser horrorizados y sorprendidos en un deseo constante de dar sus vidas para evitar el castigo que ven. En Runaterra, estos individuos se les conoce como "Los Conservadores".
También parece que las cuatro criaturas que emanan de la Nada parecen tener un hambre que deben satisfacer y apóstrofes en sus nombres; Vel'Koz busca el conocimiento, Kha'Zix busca consumir a Rengar , Kog'Maw tiene hambre, y Cho'Gath tiene su canibalizar y su deleite para comer criaturas.
Actualmente, Malzahar realiza rituales con sus seguidores a sacrificar seres humanos para el vacío. En una ocasion, Kassadin trató de detenerlo, sin embargo Malzahar logró engañar Kassadin enviando a su hija al vacío.
Campeones del Vacío
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Malzahar, El Profeta del Vacío
Son muchos los hombres que han perdido la razón bajo el inclemente sol de Shurima; sin embargo, fue el helador abrazo de la noche el que le robó la cordura a Malzahar, un vidente nacido con el don de la profecía. Su talento, pese a no haberlo refinado completamente, prometía ser de gran ayuda para Runaterra. Sin embargo, el destino tenía otros planes para él. La facilidad con la que percibía los hilos del destino fue la razón subyacente por la que otras cosas, menos propicias, se aferraron a su subconsciente. En sus sueños, donde el velo que separa lo real y lo imaginario es más tenue, un ser siniestro lo llamaba. Pese a su insistencia, Malzahar logró ignorarlo durante un tiempo. Sin embargo, cada noche que pasaba, la voz lo llamaba con voz más fuerte o, tal vez, más grave, hasta que ya no pudo resistirla.
Se aventuró en el desierto sin provisiones, atraído por el encanto de un seductor ensalmo. Su destino: una civilización perdida de Oriente a la que los textos antiguos denominaban Icathia. Pocos creían en la existencia de ese lugar y, quienes lo hacían, aseguraban que las arenas se habían tragado lo que quedase de ella mucho tiempo atrás. Cuando las doloridas piernas de Malzahar ya no pudieron sostenerlo más, se dio cuenta de que se encontraba arrodillado al pie de un extraño obelisco que estaba a punto de desmoronarse. Más allá del mismo observó la geometría antinatural de una ciudad derrumbada, y las gigantescas estatuas semiderruidas de unos dioses oscuros y abominables. Sus ojos, al ver lo que otros no podían, lo que nadie debería contemplar jamás, se llenaron de la esencia del Vacío. Sus cambiantes visiones del futuro fueron reemplazadas por la promesa inmutable de que Valoran sería tomado por las criaturas del Vacío. En medio de la nada, pero sin estar solo, perdido en un mar de dunas silentes, aquella voz familiar brotó de entre sus labios con sequedad para pronunciar cuatro palabras, cuyo peso hizo que le temblaran las rodillas. Liga de las Leyendas. Entonces, imbuido del poder del Vacío, Malzahar partió hacia las tierras del Norte en busca de su destino.
''Podrá derretirse la tierra, podrá enfurecerse el mar, podrá derrumbarse el cielo... pero Ellos vendrán''.
-- Malzahar
Son muchos los hombres que han perdido la razón bajo el inclemente sol de Shurima; sin embargo, fue el helador abrazo de la noche el que le robó la cordura a Malzahar, un vidente nacido con el don de la profecía. Su talento, pese a no haberlo refinado completamente, prometía ser de gran ayuda para Runaterra. Sin embargo, el destino tenía otros planes para él. La facilidad con la que percibía los hilos del destino fue la razón subyacente por la que otras cosas, menos propicias, se aferraron a su subconsciente. En sus sueños, donde el velo que separa lo real y lo imaginario es más tenue, un ser siniestro lo llamaba. Pese a su insistencia, Malzahar logró ignorarlo durante un tiempo. Sin embargo, cada noche que pasaba, la voz lo llamaba con voz más fuerte o, tal vez, más grave, hasta que ya no pudo resistirla.
Se aventuró en el desierto sin provisiones, atraído por el encanto de un seductor ensalmo. Su destino: una civilización perdida de Oriente a la que los textos antiguos denominaban Icathia. Pocos creían en la existencia de ese lugar y, quienes lo hacían, aseguraban que las arenas se habían tragado lo que quedase de ella mucho tiempo atrás. Cuando las doloridas piernas de Malzahar ya no pudieron sostenerlo más, se dio cuenta de que se encontraba arrodillado al pie de un extraño obelisco que estaba a punto de desmoronarse. Más allá del mismo observó la geometría antinatural de una ciudad derrumbada, y las gigantescas estatuas semiderruidas de unos dioses oscuros y abominables. Sus ojos, al ver lo que otros no podían, lo que nadie debería contemplar jamás, se llenaron de la esencia del Vacío. Sus cambiantes visiones del futuro fueron reemplazadas por la promesa inmutable de que Valoran sería tomado por las criaturas del Vacío. En medio de la nada, pero sin estar solo, perdido en un mar de dunas silentes, aquella voz familiar brotó de entre sus labios con sequedad para pronunciar cuatro palabras, cuyo peso hizo que le temblaran las rodillas. Liga de las Leyendas. Entonces, imbuido del poder del Vacío, Malzahar partió hacia las tierras del Norte en busca de su destino.
''Podrá derretirse la tierra, podrá enfurecerse el mar, podrá derrumbarse el cielo... pero Ellos vendrán''.
-- Malzahar
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Kassadin, El Cazador del Vacío
Hay un lugar entre dimensiones, entre mundos. Para algunos es el exterior, para otros es lo desconocido. Para la mayoría, sin embargo, es el Vacío. Pese a su nombre, no se trata de un lugar vacuo, sino del hogar de cosas innombrables, horrores demasiado terribles para la mente de los hombres. Aunque este conocimiento se perdió hace mucho, hay quien de forma inadvertida descubre lo que se oculta más allá y es incapaz de escapar. Kassadin es esa criatura. Antaño era un hombre que se vio obligado a contemplar el rostro del Vacío y quedó afectado para siempre por lo que vio. Era un buscador del saber prohibido, pero descubrió que lo que tanto ansiaba tenía poco que ver con lo que imaginaba. Es uno de los pocos que ha llegado hasta la olvidada Icathia y ha vivido para contarlo, siguiendo las minúsculas pistas ocultas en textos antiguos.
Dentro de una ciudad ciclópea en decadencia, Kassadin encontró secretos que nunca compartirá; secretos que le han hecho temblar de terror ante las visiones que se le impusieron de cuanto iba a acontecer en el futuro. El poder de aquel lugar amenazó con consumirlo, pero Kassadin tomó la única ruta disponible si quería sobrevivir: dejó que el Vacío entrase en él. Milagrosamente, pudo sobreponerse a los impulsos extraños que acompañaban al Vacío y emergió como algo más que un mero humano. Aunque parte de él murió aquel día, sabe que debe proteger Valoran de los seres que arañan las puertas, entes ansiosos por entrar y desatar el tormento. Y se encuentran a un solo paso, como atestigua la aparición de la abominación conocida como Cho'Gath.
Si miras al Vacío, no podrás reponerte del todo; si miras a Kassadin, puede que no haya vuelta atrás.
Hay un lugar entre dimensiones, entre mundos. Para algunos es el exterior, para otros es lo desconocido. Para la mayoría, sin embargo, es el Vacío. Pese a su nombre, no se trata de un lugar vacuo, sino del hogar de cosas innombrables, horrores demasiado terribles para la mente de los hombres. Aunque este conocimiento se perdió hace mucho, hay quien de forma inadvertida descubre lo que se oculta más allá y es incapaz de escapar. Kassadin es esa criatura. Antaño era un hombre que se vio obligado a contemplar el rostro del Vacío y quedó afectado para siempre por lo que vio. Era un buscador del saber prohibido, pero descubrió que lo que tanto ansiaba tenía poco que ver con lo que imaginaba. Es uno de los pocos que ha llegado hasta la olvidada Icathia y ha vivido para contarlo, siguiendo las minúsculas pistas ocultas en textos antiguos.
Dentro de una ciudad ciclópea en decadencia, Kassadin encontró secretos que nunca compartirá; secretos que le han hecho temblar de terror ante las visiones que se le impusieron de cuanto iba a acontecer en el futuro. El poder de aquel lugar amenazó con consumirlo, pero Kassadin tomó la única ruta disponible si quería sobrevivir: dejó que el Vacío entrase en él. Milagrosamente, pudo sobreponerse a los impulsos extraños que acompañaban al Vacío y emergió como algo más que un mero humano. Aunque parte de él murió aquel día, sabe que debe proteger Valoran de los seres que arañan las puertas, entes ansiosos por entrar y desatar el tormento. Y se encuentran a un solo paso, como atestigua la aparición de la abominación conocida como Cho'Gath.
Si miras al Vacío, no podrás reponerte del todo; si miras a Kassadin, puede que no haya vuelta atrás.
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Kog'Maw, La Boca del Abismo
Cuando el profeta Malzahar renació en Icathia, había sido conducido allí por una voz ominosa que se aferró a su psique desde ese entonces. En su interior, la voz le confirió su terrible propósito y, aunque su llamada ya no atormentaba a Malzahar, las peticiones no cesaban. El parpadeo sutil de este faro funesto, anclado ahora en Runaterra, atrajo a una bestia pútrida que cruzó un umbral incomprensible para ella, ensanchando la fisura existente entre dos espacios que nunca debieron encontrarse. Allí, entre las inquietantes ruinas de Icathia, Kog'Maw se presentó en Valoran presa de una curiosidad perturbadora. La chispa que lo había llevado a Runaterra aún le seducía, atrayéndolo más y más hacia Malzahar. Además, lo animaba a familiarizarse con su nuevo entorno, pese a aterrorizar a todos los que se cruzaban con él.
Los encantadores colores y aromas de Runaterra embriagaron a Kog'Maw, y exploró los frutos de ese mundo extraño de la única forma que conocía: devorándolos. Al principio se limitó a probar la flora y fauna que se iba encontrando. Sin embargo, al atravesar las Llanuras de la Tempestad, se topó con una tribu nómada. Aparentemente ajeno a las leyes de la física, Kog'Maw devoró tanto a los nómadas como los obstáculos que éstos pusieron en su camino, a pesar de que sumaban varias veces su propia masa y volumen. Las más serenas de sus víctimas tal vez se preguntasen si sería debido a las enzimas cáusticas que goteaban de sus fauces y horadaban la tierra, antes de que sus reflexiones terminasen de una forma tan abrupta como sus propias vidas. Cuando su catastrófica estela llegó a la Academia de la Guerra, un entusiasta Malzahar lo recibió con una propuesta tentadora: saborear lo mejor que Runaterra podía ofrecer en los Campos de la Justicia.
''Si está así cuando simplemente tiene hambre, no quisiera ser yo quien lo viera enfadado''.
-- Tryndamere, el Rey Bárbaro
Cuando el profeta Malzahar renació en Icathia, había sido conducido allí por una voz ominosa que se aferró a su psique desde ese entonces. En su interior, la voz le confirió su terrible propósito y, aunque su llamada ya no atormentaba a Malzahar, las peticiones no cesaban. El parpadeo sutil de este faro funesto, anclado ahora en Runaterra, atrajo a una bestia pútrida que cruzó un umbral incomprensible para ella, ensanchando la fisura existente entre dos espacios que nunca debieron encontrarse. Allí, entre las inquietantes ruinas de Icathia, Kog'Maw se presentó en Valoran presa de una curiosidad perturbadora. La chispa que lo había llevado a Runaterra aún le seducía, atrayéndolo más y más hacia Malzahar. Además, lo animaba a familiarizarse con su nuevo entorno, pese a aterrorizar a todos los que se cruzaban con él.
Los encantadores colores y aromas de Runaterra embriagaron a Kog'Maw, y exploró los frutos de ese mundo extraño de la única forma que conocía: devorándolos. Al principio se limitó a probar la flora y fauna que se iba encontrando. Sin embargo, al atravesar las Llanuras de la Tempestad, se topó con una tribu nómada. Aparentemente ajeno a las leyes de la física, Kog'Maw devoró tanto a los nómadas como los obstáculos que éstos pusieron en su camino, a pesar de que sumaban varias veces su propia masa y volumen. Las más serenas de sus víctimas tal vez se preguntasen si sería debido a las enzimas cáusticas que goteaban de sus fauces y horadaban la tierra, antes de que sus reflexiones terminasen de una forma tan abrupta como sus propias vidas. Cuando su catastrófica estela llegó a la Academia de la Guerra, un entusiasta Malzahar lo recibió con una propuesta tentadora: saborear lo mejor que Runaterra podía ofrecer en los Campos de la Justicia.
''Si está así cuando simplemente tiene hambre, no quisiera ser yo quien lo viera enfadado''.
-- Tryndamere, el Rey Bárbaro
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Cho'Gath, El Terror del Vacío
Hay un lugar entre dimensiones, entre mundos. Para algunos es el exterior, para otros es lo desconocido. Para los verdaderamente entendidos, sin embargo, se trata del Vacío. Pese a su nombre, no se trata de un lugar vacuo, sino del hogar de cosas innombrables, horrores demasiado terribles para la mente de los hombres. Cho'Gath es una criatura nacida del Vacío, algo cuya verdadera naturaleza es tan horrenda que muchos no se atreven a pronunciar su nombre. Sus prójimos han estado hurgando en los muros que delimitan las dimensiones en busca de una grieta, una entrada a Runaterra, para poder visitar su paraíso privado de horror en el mundo. Son los nacidos del Vacío, criaturas tan fuera de su tiempo y tan aberrantes que ya ni siquiera forman parte de la historia. Se dice que en otros mundos dirigen formidables ejércitos de criaturas indescriptibles, que una vez fueron expulsados de Runaterra por una poderosa magia que el tiempo acabó devorando.
De ser así, los rumores expuestos a continuación también deberían ser ciertos, esos que afirman que los nacidos del Vacío regresarán algún día. Ahora algo oscuro se revuelve en Icathia, interfiriendo en los rituales de invocación de la Liga para permitir la presencia de Cho'Gath. Es un ser antinatural engendrado por el rencor y la violencia, un ente que obliga a que todos, salvo los más audaces, se encojan de miedo. Cho'Gath parece incluso alimentarse de sus presas, con las que se da festines que lo hacen crecer y abotagarse. Lo que es aún peor, se trata de un monstruo inteligente, tanto que muchos se preguntan si habrá alguna manera de detenerlo. Por suerte, el poder de invocación de la Liga ha limitado la presencia de Cho'Gath a la Liga de Leyendas. De este modo, los invocadores utilizan las habilidades que Cho'Gath tiene como nacido del Vacío para ayudar a definir el destino de Runaterra. El Terror del Vacío sabe muy bien la suerte que correría Runaterra si de él dependiera.
¡Ay del día que Cho'Gath se canse de la Liga!
Hay un lugar entre dimensiones, entre mundos. Para algunos es el exterior, para otros es lo desconocido. Para los verdaderamente entendidos, sin embargo, se trata del Vacío. Pese a su nombre, no se trata de un lugar vacuo, sino del hogar de cosas innombrables, horrores demasiado terribles para la mente de los hombres. Cho'Gath es una criatura nacida del Vacío, algo cuya verdadera naturaleza es tan horrenda que muchos no se atreven a pronunciar su nombre. Sus prójimos han estado hurgando en los muros que delimitan las dimensiones en busca de una grieta, una entrada a Runaterra, para poder visitar su paraíso privado de horror en el mundo. Son los nacidos del Vacío, criaturas tan fuera de su tiempo y tan aberrantes que ya ni siquiera forman parte de la historia. Se dice que en otros mundos dirigen formidables ejércitos de criaturas indescriptibles, que una vez fueron expulsados de Runaterra por una poderosa magia que el tiempo acabó devorando.
De ser así, los rumores expuestos a continuación también deberían ser ciertos, esos que afirman que los nacidos del Vacío regresarán algún día. Ahora algo oscuro se revuelve en Icathia, interfiriendo en los rituales de invocación de la Liga para permitir la presencia de Cho'Gath. Es un ser antinatural engendrado por el rencor y la violencia, un ente que obliga a que todos, salvo los más audaces, se encojan de miedo. Cho'Gath parece incluso alimentarse de sus presas, con las que se da festines que lo hacen crecer y abotagarse. Lo que es aún peor, se trata de un monstruo inteligente, tanto que muchos se preguntan si habrá alguna manera de detenerlo. Por suerte, el poder de invocación de la Liga ha limitado la presencia de Cho'Gath a la Liga de Leyendas. De este modo, los invocadores utilizan las habilidades que Cho'Gath tiene como nacido del Vacío para ayudar a definir el destino de Runaterra. El Terror del Vacío sabe muy bien la suerte que correría Runaterra si de él dependiera.
¡Ay del día que Cho'Gath se canse de la Liga!
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Kha'Zix, El Saqueador del Vacío